No hay mejor escenario para que los empresarios se autorregulen y eviten incurrir en prácticas que sean potencialmente sancionables por la SIC.

Andrés Barreto González
Superintendente de Industria y Comercio

Sin duda, las cámaras de comercio son las corporaciones más importantes para el desarrollo y la competitividad de un país. El pasado 30 de marzo concluyeron las elecciones de los 278 miembros de juntas directivas.

De otra parte, el Gobierno continúa surtiendo la designación de sus representantes, quienes deben tener las mismas calidades y responsabilidades de los elegidos por los comerciantes, es por ello que el ejercicio político debe estar alejado de las cámaras, pues la política que allí debe imperar es la del desarrollo empresarial, el progreso y la competitividad.

Detentar la presidencia ejecutiva de una cámara es un encargo gerencial, administrativo y empresarial de primer orden. La ética y dirección que se espera de los presidentes es de orden superior, pues este se convierte en un verdadero gerente de gerentes. A su turno, el Plan Nacional de Desarrollo introdujo aspectos relacionados con el trabajo de las cámaras de comercio, y será la oportunidad para implementar reformas que redunden en el interés general y el fortalecimiento gremial. En ese sentido, los cambios en tarifas y registros, el poder tener un esquema gráfico unificado de los registros públicos, así como la interconexión e interoperabilidad de los sistemas de información, son proyectos que nos benefician a todos como ciudadanos, empresarios, contribuyentes y supervisores.

La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), junto con el Ministerio de Comercio y Confecámaras vienen revisando los requisitos para la creación de nuevas cámaras de comercio, vinculando criterios de eficiencia y pertinencia en procura del fortalecimiento, la descentralización, y el acceso a servicios y proyectos que generen bienestar regional.

El régimen jurídico vigente está desactualizado por realidades tecnológicas y económicas distintas, es así como hoy contamos con el Rues, la exigencia de interconexión y accesibilidad, y la obligatoriedad de tener canales de atención ciudadana por medios no tradicionales, como los virtuales obligan a actualizar el esquema normativo con los nuevos desarrollos. En el seno de las cámaras de comercio es en donde se puede reforzar el mensaje de que la libre competencia económica es un derecho y un deber. No hay mejor escenario para que los empresarios se autorregulen, compartan experiencias y eviten incurrir en prácticas que sean potencialmente sancionables por la SIC.

Con el ánimo de seguir enviando un mensaje de prevención general, en próximos días la SIC cursará el listado de sanciones impuestas para que estas se registren en el RUP y demás sistemas de información, con el fin de no permitir que defraudadores y cartelistas sigan tejiendo redes corruptas que afecten a los consumidores, minando la credibilidad en el sector empresarial y productivo.

Estas corporaciones deben seguir siendo un espacio vibrante, de vanguardia y referencia para cada vez más y mejores programas, más reinversión en la región y el empresario, y la obtención de más y mejores ingresos con productos competitivos que no reposen mayoritariamente en el recaudo obtenido de los ingresos públicos.

El escenario cameral es un ámbito inmejorable para implementar el compliance y las herramientas que exante mitigan el riesgo jurídico de ser objeto de investigaciones o sanciones, siempre en procura de la construcción de país a través de la equidad, la legalidad y el emprendimiento, un trípode que encuentra su estructura prefecta en las cámaras de comercio como verdaderas agencias de desarrollo.

Andrés Barreto González
Superintendente de Industria y Comercio 
superintendente@sic.gov.co